Más de 10,000 personas en tres comunidades de Ghana reciben ahora agua potable por un sistema mecánico construido gracias a la gestión de la colaboración internacional para el suministro de agua potable, entre Rotary International y USAID.
El sistema es parte de un proyecto de 2 millones de dólares que proporciona pozos, bombas manuales, tuberías mecánicas, letrinas ventiladas y duchas en las regiones central, oriental, Volta, y Accra de Ghana. En la ceremonia del 21 de agosto en Abutia Teti, representantes de RI y USAID se unieron a los funcionarios gubernamentales para confiar la responsabilidad del sistema a las comunidades de Abutia Teti, Takla Gborgame, y Nyive.
El presidente de RI, Kalyan Banerjee, participó en el evento, como también Laurel Fain, jefa de la oficina de Salud en Ghana de USAID, y Mustapha Ahmed, el subsecretario de recursos hídricos, obras públicas y vivienda de Ghana.
“Este proyecto es un modelo ejemplar de asociación entre los sectores público y privado, para mejorar no solamente la calidad de vida de una pobación, sino la vida misma, a un nivel casi inmensurable.” aseveró Banerjee.
“Esta innovadora asociación entre USAID, el Ministerio de Recursos Hídricos de Ghana y Rotary International está salvando vidas, puesto que reduce el consumo de agua impotable en estas comunidades”, explica Fain. “Hoy, la comunidad y el gobierno de Ghana asumen responsabilidad por el mantenimiento de estas instalaciones y la formación de los niños y la ciudadanía en general, sobre higiene y sanidad, creando así condiciones donde nuestra asistencia deje de ser necesaria.”
La colaboración internacional para el suministro de agua potable entra ya en su tercer año. COmo parte de la obra en Ghana, los rotarios también trabajan con los pobladores para cambiar sus prácticas sanitarias y brindar la capacitación necesaria para el mantenimiento de las nuevas instalaciones.
La colaboración también proporciona financiación para la adquisición de filtros de bioarena en la República Dominicana, y un proyecto en Filipinas que mejorará la colección y el tratamiento de aguas residuales, que ayudará a más de 150,000 personas.
Según funcionarios de USAID y rotarios que han participado en la iniciativa, la colaboración ha servido para comprender las mejores prácticas para proyectos de agua y saneamiento, incluido el énfasis en la supervisión y evaluación, el análisis de las necesidades a largo plazo, y la previsión de sustentabilidad, posible con la participación de la comunidad en la ideación y administración del proyecto.
La colaboración ha demostrado también el valor de realizar una evaluación de necesidades respecto de los proyectos hídricos, la identificación de posibles barreras a la adopción de nuevas prácticas, la captación de información sobre la sede del proyecto, y el análisis de la capacidad de la comunidad para pagar por los productos sanitarios e hídricos.