La comisión municipal de festividades, teniendo en cuenta la venida de los ilustres doctores madrileños que han de venir a esta espiral, con motivo del mitin sanitario que tendrá lugar el 16 de Febrero(*), ha decidido aplazar para esta fecha el homenaje al Insigne doctor Balmis, el centenario de cuyo fallecimiento coincide con el 12 del mes próximo.
Propone la comisión que consista el homenaje en dar a una calle de Alicante el nombre de Balmis, descubriendo en ella una lápida que labrará el cincel de nuestro inspirado artista Vicente Bañuls.
Asistirán a dicha ceremonia el ayuntamiento, las autoridades y representaciones de los organismos médicos que aquí existen.
(*) mitin que fue realizado el domingo 16 de Febrero en el teatro principal de Alicante, según publica el 21 de Febrero de 1919, el periódico Alicante, semanario de la vida provincial.
En la Ciudad de Alicante en 5 de Diciembre de 1753. Yo el D. Fernando Martínez cura propio de la Parroquia Iglesia de Santa María de la expresada ciudad. Bauticé y puse los Santos Oleos a un hijo de Antonio Balmis y Luisa Berenguer, cónyuges naturales y vecinos de esta ciudad y feligreses de esta Iglesia, el cual nació en 2 del correspondiente mes, entre las dos y las tres de la madrugada y le puse por nombre Francisco Antonio, son sus abuelos paternos Antonio y Vicenta Bas; Maternos Joseph y Luisa Nicolini; Padrinos D. Francisco Pavía Cónsul de Nápoles, y Dña Luisa Milod á los cuales advertí el parentesco y obligaciones que contrajeron.
Donde podemos observar como el nombre que consta en la partida bautismal es de Francisco Antonio, sin duda en honor de su padrino Francisco Pavía Cónsul de Nápoles y con domicilio en la C/ Mayor de Alicante, y a su padre y abuelo Antonio Balmis.
Entonces, nos podemos preguntar: ¿Se trata de otra persona? ¿De donde procede el nombre de Francisco Xavier? No estamos hablando de otra persona, ya que nos encontramos textos referidos al Ilustre Dr. Balmis, en los que se le menciona como Francisco Balmis, como por ejemplo en el registro de quintas de 1770; Francisco Antonio, como por ejemplo en la partida bautismal; y Francisco Xavier, como por ejemplo en una carta remitida al monarca en 1801 solicitando destino en el Ejército de Extremadura. Y otros tantos ejemplos referidos a la intachable trayectoria de nuestro personaje. Respecto al nombre empleado de Francisco Xavier, su procedencia según Eduardo Moreno Caballero en su obra Sesión Apologética dedicada al Dr. D. Francisco Xavier de Balmis y Berenguer, donde el nombre de Xavier, lo asocia a San Francisco Javier cuya celebración se realiza el 3 de Diciembre, vísperas de su nacimiento.
Nace en el seno de una familia de Cirujanos, hecho que podemos confirmar por la documentación encontrada en el Archivo Municipal de Alicante, referida a los Títulos registrados y a los censos de la época, como por ejemplo el Censo de 1732 donde aparece Antonio Balmis (abuelo paterno) dentro del Gremio de Cirujanos. De este modo podemos señalar:
Censo de Alicante a fecha de 28 de Abril de 1754
Casa Antonio Balmis, Cirujano Casado 64
su hijo Thomas, soltero 27
Antonio Jorro aprendiz 15
Vicenta Bas, su mujer
una hija
Enterado el Rey de haberse comprobado en España la eficacia y virtud antivenérea de las dos raíces de las plantas Agave y Begonia, que por comisión del M. R Arzobispo de México trajo a esta corte D. Francisco Balmis, y de lo ventajoso que es a la humanidad semejante hallazgo, se ha dignado S. M mandar se propague y extienda el conocimiento de estos vegetales coincidiendo a este fin las más amplias facultades a D. Mariano Martínez de Galingoga, como Intendente del Real Jardín Botánico de Madrid: y en atención al celo y desinterés con que D. Francisco Balmis ha practicado las observaciones en esta Corte, simplificando y arreglando las dosis, y método con que deben administrarse, y con el fin de que continúe su estudio hasta perfeccionar dicho método; Se ha servido S. M nombrarle Consultor de Cirugía del Ejercito con el sueldo y emolumentos correspondientes de su desempeño ofrece publicar en breve un tratado de los usos y virtudes de ambos vegetales para la completa instrucción y utilidad del público.
Demostración de las eficaces virtudes nuevamente descubierta en las raíces de dos plantas de Nueva España, especies de Agave y Begonia, para la curación del vicio Venéreo y escrofuloso, y de otras graves enfermedades que resisten al uso del mercurio y demás remedios conocidos: por el Lic. D. Francisco Xavier Balmis, Cirujano Consultor de los Reales Ejércitos. El remedio, que ofrecen las raíces de estas dos plantas para la curación del vicio venéreo y escrufuloso, es uno de los que han padecido persecución en la practica de la medicina y consiguientemente de los que han pasado por el crisol de la más rigurosa censura hasta merecer la última aprobación, así en México, capital del reino de Nueva España, como en Madrid y sitios reales. Comprobados en aquella los admirables efectos de dichas raíces por repetidas experiencias y observaciones que el M. R Arzobispo el Exc. Sr. D. Alonso Núñez de Haro dispuso se hiciesen así en el Hospital de San Andrés, de que es fundador y patrono, como fuera de él; Celoso del Bien de la humanidad, y persuadido de que sería no menos útil su uso en España que había sido en América, resolvió enviar a España a la Lic. D. Francisco Xavier Balmis con una competente de raíces de ambos vegetales para presentarlas a los pies de S. M, suplicando encarecidamente se mandase hacer los experimentos convenientes. El Rey por un efecto de innata piedad lo estimo así, mandando se ejecutasen en los Hospitales de la Corte. En esta demostración se hace con exactitud y verdad la de los sucesos que progresivamente se fueron reconociendo en los enfermos a quienes se administraron dichos vegetales, impugnando a continuación de cada una de las observaciones, las que ha dado al publico el Dr. D. Bartolomé Piñera y Siles. Igualmente se da individual noticia de los hechos en México; y finalmente se hace una descripción botánica de las dos plantas, cuyas laminas adornan la obra en sus respectivos lugares. La impresión se ha ejecutado con todo esmero en buen papel y letra nueva de hermosa fundición. Un tomo en 8º mayor. Véndese encuadernado a 26 reales en las Librerías de Barco, carrera de S. Jerónimo, y de Aguilera, calle de Atocha, donde se encuentran también las estampas sueltas para adorno de gabinetes a 5 reales cada una.
El precioso descubrimiento de la vacuna, acreditado en España y casi en toda Europa como un preservativo eficaz de las viruelas naturales, ha excitado la paternal solicitud del Rey a propagarlo en sus dominios de Indias, donde suele ser mayor el número de víctimas, que sacrifica esta horrorosa plaga. Con tal objeto se ha servido mandar, después de oído el dictamen del Consejo y de algunos sabios, que se forme una expedición marítima, compuesta de facultativos hábiles y adictos a la empresa, dirigida por el Médico honorario de Cámara D. Francisco Xavier de Balmis, y costeada de su Real erario; los cuales sin perdonar gastos, ni fatigas lleven suficiente número de niños a quienes inocular sucesivamente en el curso de la navegación; y conservando por este y otros medios el fluido vacuno en toda su eficacia, hagan a su arribo las primeras operaciones de brazo a brazo, las que continuarán después en ambas Américas, y si fuere dable en las islas Filipinas, observando las anomalías, que la diversidad de climas y de castas pueda producir, con el objeto de ilustrar cuanto se posible un descubrimiento en que tanto se interesa la humanidad, publicando oportunamente las observaciones y resultados de esta expedición filantrópica.
CORUÑA Iº DE DICIEMBRE
Ayer zarpó de este puerto la corbeta Maria Pita, al mando del Teniente de Fragata de la Real armada D. Pedro del Barco, llevando a su bordo los individuos de la expedición filantrópica destinada a propagar en América y Filipinas el precioso descubrimiento de la vacuna. No se ha omitido precaución alguna por parte del Ministerio, promovedor de una empresa tan importante como gloriosa, para que produzca pronta y seguramente todo el bien que desea el Rey y espera la humanidad. Son varios facultativos comisionados, y llevan 21 niños, que siendo sucesivamente inoculados brazo a brazo en el curso de la navegación, conservarán el fluido vacuno fresco y sin alteración. No por eso se han omitido otros medios de conducirlo, así para mayor seguridad, como para experimentar cuales son los que a largas distancias y en diferentes climas deben prefijarse. La expedición hará escala en Tenerife, Puerto Rico y la Habana para ofrecer por todas partes a los hombres el precioso descubrimiento de Jenner, así como lo ha hecho en los pueblos del transito desde Madrid, y en este puerto y en Santiago, mientras se equipaba la corbeta. De la Habana pasará a Veracruz, y de allí a otros puertos, en corbeta de los cuales se irán separando los facultativos, y ramificándose, por decirlo así, la expedición, hasta extenderse sobre todo el continente, fomentada por los Virreyes y Gobernadores ilustrados, sostenida por los facultativos despreocupados, auxiliada por los sabios, favorecida de los pueblos y generalmente protegida por los amigos de la especie humana. De la América se participarán los mismos beneficios a Filipinas, en donde no faltarán hombre ilustrados y generosos que procuren introducir la vacuna en otras islas y en la China. Así deberá la mitad del globo un don tan inestimable a la bondad liberal de nuestro Soberano, cuya generosidad se ha extendido a cuidar de la suerte de los niños de la expedición, y de los que en las escalas y en el continente los haz de ir sucesivamente reemplazando.
El domingo 7 de Septiembre próximo pasado tuvo la honra de besar la mano al Rey nuestro Señor Dr. D. Francisco Xavier de Balmis, Cirujano honorario de su Real Cámara, que acaba de dar la vuelta al mundo con el único objeto de llevar a todos los dominios ultramarinos de la Monarquía Española, y a los de otras diversa Naciones, el inestimable don de la Vacuna, S. M se ha informado con el más vivo interés de los principales sucesos de la expedición, mostrándose sumamente complacido de que las resultas hayan excedido las esperanzas que se concibieron al emprenderla.
Esta expedición, compuesta de varios Facultativos y empleados, y de veintidós niños, que no habían pasado viruelas, destinados a conservar el precioso fluido, transmitiéndolo sucesivamente de brazo a brazo, y de unos a otros en el curso de la navegación, salió del puerto de la Coruña bajo la dirección de Balmis en 30 de Noviembre de 1803: hizo su primera escala en Canarias, la segunda en Puerto Rico, y la tercera en Caracas. Al salir de esta provincia por el puerto de la Guayra se dividió en dos ramos, navegando el uno para la América Meridional al cargo del Subdirector D. Francisco Salvan; y dirigiéndose el otro con el Director Balmis a la Habana, y de allí a Yucatán. En esta provincia se subdividió, saliendo el profesor D. Francisco Pastor del puerto de Sisal para el de Villahermosa en la provincia de Tabasco a propagar la Vacuna por Ciudad Real de Chiapa hasta Guatemala, dando la vuelta por el dilatado y fragoso camino de cuatro cientas leguas hasta Oaxaca, mientras que el resto de la expedición, que arribó felizmente a Veracruz, no solo recorría todo el Virreinato de Nueva España, sino las Provincias internas, de donde debería regresar a Méjico, que era el punto de reunión.
Prodigado ya por toda la América Septentrional hasta las costas de Sonora y Sinaloa, y aun hasta los Gentiles y Neófitos de la Pimería alta, el precioso preservativo de las viruelas naturales, establecida en cada capital una Junta compuesta de las primeras Autoridades, y de los más celosos Facultativos para conservarlo como un depósito sagrado, de que han de responder al Rey y a la posteridad; trato el Director de llevar al Asia esta parte de la expedición coronada de los más brillantes sucesos, y con ella el consuelo de la humanidad; y superadas algunas dificultades, se embarcó en el puerto de Acapulco para Filipinas, que era el último término que le estaba prescrito, si le era asequible.
Favoreciendo la divina Providencia los grandes y piadosos designios del Rey, hizo Balmis con toda felicidad aquella navegación en poco más de dos meses, sacando veintiséis niños de Nueva España para vacunarlos sucesivamente como en las anteriores; y por ser párvulos muchos de ellos, fueron al cargo de la Rectora de la Casa de Expósitos de la Coruña, que así en esta, como en las anteriores navegaciones, cuido de su aseo con el mayor esmero. Habiendo arribado la expedición a Filipinas, y propagado el específico en las islas sujetas a la dominación de S. M. trató Balmis, de acuerdo con el Capitán General, teniendo ya concluida su comisión filantrópica, de extender la beneficencia del Rey y la gloria de su augusto nombre hasta los últimos confines del Asia.
En efecto se ha llevado y comunicado la Vacuna por el vasto Archipiélago de las Islas Visayas, cuyos Reyes, que vivían en perpetua guerra con nosotros, han depuesto las armas, admirados de la generosidad de un enemigo, que les llevaba la salud y la vida cuando más afligidos estaban con una epidemia de viruelas desoladoras. No lo eran menos las que reinaban en las colonias Portuguesas y en el Imperio de la China cuando arribó Balmis a Macao y a Catón, logrando en una y otra parte introducir fresco y en toda su actividad el fluido, valiéndose de los mismos medios referidos: empresa que no habían podido conseguir los Ingleses en las varias ocasiones que la intentaron, llevando en barcos de su Compañía de la India porciones de pus, que llegaron inertes.
Después de extendida la Vacuna en Canton cuanto fue posible y permitieron las circunstancias políticas de aquel Imperio, dejando su propagación al cuidado de los Médicos de la Factoría Inglesa en el referido puerto, volvió Balmis a Macao, y embarcándose en un navío Portugués para Lisboa, donde ha llegado en 15 de Agosto último, hizo escala en Santa Helena, en cuya isla logró, como en todas partes, a fuerza de exhortaciones y de constancia, que los Ingleses adoptasen el prodigioso antídoto que habían despreciado por espacio de más de ocho años, a pesar de ser un descubrimiento de su Nación, y habérselo remitido el mismo Jenner.
De la parte de la expedición destinada al Perú a cargo de Salvan se sabe que padeció naufragio en una de las bocas del río de la Magdalena; pero hallando pronto socorro en los naturales, en las Justicias inmediatas, y en el Gobernador de Cartagena, se salvaron el Subdirector, los tres Facultativos que le acompañan, y los niños, con el fluido en buena sazón, el cual extendieron en a que puerto y su provincia con acierto y felicidad. Desde ella lo remitieron al istmo de Panamá, y emprendiendo sucesivamente (bien provistos de todo lo necesario) la dilatada y penosa navegación del rió de la Magdalena, demoraron en ambas riveras el tiempo preciso, y se internaron separadamente para desempeñar su comisión en las villas de Tenerife, Mompox, Ocaña, Socorro, San Gil y Medellín, en el valle de Cúcuta, y en las ciudades de Pamplona, Girón, Tunja, Velez y otros pueblos de crecido vecindario, hasta reunirse en Santa FE; dejando en todas partes instruidos a los Facultativos, y en las poblaciones considerables reglamentos conformes a la norma que les presciribió el Director, a fin de conservar la Vacuna, que comunicaron, según afirma el Virey, a cincuenta mil personas sin resulta alguna desgraciada. A últimos de Marzo de 1805 se preparaban para continuar su derrota, separados por distintas vías, para discurrir con más facilidad y prontitud por otros pueblos del Virreinato situados en la carrera Popayán, Cuenca y Quito hasta Lima; y en agosto siguiente se hallaban en Guayaquil.
No solamente ha conseguido la expedición propagar la Vacuna por toda la tierra en los pueblos amigos y en los enemigos, entre los Moros de la Vesayas, y entre los Chinos, sino asegurar a la posteridad en los dominios del Rey la perpetuidad del beneficio, ya por medio de las Juntas centrales que ha establecido, ya por el descubrimiento que hizo Balmis del cowpoux o viruelas de las vacas en el valle de Atlixco junto a la ciudad de Puebla de los Ángeles, en las inmediaciones de la de Valladolid de Mechoacán, donde lo encontró el Ayudante D. Antonio Gutiérrez; y en el partido de Calabozo de la provincia de Caracas, donde lo halló el Facultativo de aquella residencia D. Carlos de Pozo. La multitud de observaciones, que no tardarán en publicarse sobre el desarrollo de la Vacuna en diversos climas, y sobre su eficacia, no solo para preservar da las viruelas naturales, si también para curar simultáneamente otras enfermedades, acabará de manifestar cuan importante ha sido para la humanidad una expedición de que no hay ejemplo en la historia.
Aunque su objeto se contrato a comunicar la Vacuna de brazo a brazo en todas partes, enseñar su practica a los Profesores, y establecer reglamentos para perpetuarla, no ha omitido el Director medio alguno de hacerla al mismo tiempo útil a las ciencias y a la Agricultura. Trae una colección considerable de plantas exóticas: ha hecho dibujar los más preciosos objetos de Historia natural, y recogido noticias y datos importantes; y entre los títulos, que le hacen acreedor al reconocimiento de la Patria, no es el menor la preciosa colección de frutales, y otras producciones útiles que ha traído vivas, y que propagándose en climas análogos de la Península, harán tan memorable la expedición en los fastos de la Agricultura, como en los de la Medicina y de la humanidad. Se espera que el Subdirector, y los tres compañeros destinados al Perú para conducir el mismo don, no tardarán en restituirse desde Buenos Aires, después de que hayan concluido su giro por este Virreinato, el de Lima, y los distritos de Chile y Charcas; y que traerán las colecciones y observaciones que hayan podido adquirir en cumplimiento de las recomendaciones que les hizo el Director, sin distraerse de la Comisión filantrópica, que tan encarecidamente les encargo S. M en beneficio del género humano.
En 4 de Mayo de 1685 acordó la Municipalidad que se vendiese el terreno del antiguo Hospital de San Juan de Dios, para destinar su producto a la nueva obra que se proyectó en un trozo de tierra campa, propia de la viuda y herederos de Baltasar Just, situado frente a una fábrica de salitre que había en el camino del Convento de Padres Capuchinos, próximo a las últimas casas del arrabal de San Antón, que llegaban hasta la plaza denominada hoy de santa Teresa.
Para subvenir a las obras del hospital, el Municipio tomó 4.000 pesos a censo, cantidad que se obligó a pagar en diez años con un impuesto de dos dineros que estableció por cada libra de carne que se vendiera en el Mercado.
Formados los planos del edificio de que hablamos, las obras se encargaron a Pedro Juan Violat, y cuando estaban bastante adelantadas, el Concejo proyectó construir una iglesia en el nuevo hospital, por ser útil al mismo y necesaria para la Comunidad de San Juan de Dios que había de habitarlo.
La afluencia de tropas a esta población en los primeros años del siglo XVIII, en que ardía en España la guerra de Sucesión sostenida por Felipe V y el Archiduque Carlos de Austria, hizo que el Estado alquilase por 145 libras anuas el nuevo hospital para los soldados enfermos, por lo que se hicieron en el algunas obras, que se prosiguieron en distintos años del mismo siglo hasta concluirlo.
El edificio aparece aislado en su perímetro, y aunque su exterior no llama la atención por su decorado artístico, revela sin embargo las grandiosas proporciones que reúne. En la fachada principal, que mira al Sur, está la puerta de ingreso, que luce una sencilla portado de piedra, y sobre su cornisamento se pusieron los escudos de las Armas Reales pintados en losetas de Manises. Estos escudos permanecieron allí hasta el 29 de septiembre de 1868, en que fueron destruidos por el movimiento político que ocurrió en esta fecha.
Delante de la referida puesta aparece un atrio de forma rectangular, en cuyo lado izquierdo existe un cobertizo, adornando su exterior una columnata de piedra labrada. Este departamento se utiliza para los soldados que custodian el hospital, teniendo en su frente una garita para resguardo del centinela.
La fachada principal, como las del Norte y Oeste, tiene un orden de ventanas abiertas con simetría, constituyendo el frontispicio que mira el Este, unas tapias con puerta de entrada a un extenso patio, unido al edificio, donde en el siglo XVIII existió un jardín botánico.
El interior del hospital, consta de una planta baja y dos pisos: en la planta baja se encuentran habitaciones para escritorio del jefe y empleados del establecimiento, dos salas que se titulan de San Juan de Dios y de San Carlos con destino a los soldados atacados de enfermedades variolosas, departamentos para botica, cocina, despensa y demás oficinas, y la iglesia que era una Capilla muy reducida que se ha agrandado en nuestros días. En el altar de esta iglesia existen el Santísimo Sacramento reservado en un Sagrario y la Santa Unción para las necesidades espirituales de los enfermos: el altar esta exornado con un retablo, en el que se veneran las imágenes de San Fernando y de San Bernardino de Sena.
La iglesia es de forma rectangular, y estuvo exclusivamente al servicio del establecimiento hasta el 20 de marzo de 1879, en que fue reglamentariamente elevada a parroquia de la Plaza, por haber sido nombrado Cura castrense de la misma el Capellán del hospital militar Dr. D. José Montoro Ferrando, quien hizo a sus expensas una pila bautismal de mármol rojo, que se colocó el 1 de julio del mismo años, administrándose así el Sacramento del Bautismo.
El hospital tiene en su primer piso un pabellón para el Capellán párroco, y además una sala que se titula de San Hermenegildo, donde esta la sección de Medicina, otra llamada san Francisco de Sales, para la sección de Cirugía, y un calabozo y sala de oftálmicos.
En el piso segundo y último hay otros salones que se llaman de San Juan Bautista, Santa Bárbara y San Antonio de Pádua, y en ellos se da asilo a los soldados que sufren enfermedades contagiosas, y se utilizan además según las necesidades del establecimiento. Existen también en este piso cuatro salas que se nombran de San José, San Diego de Alcalá, San Jaime y San Eduardo, y están destinadas para los jefes y oficiales del ejército y armada que acuden a este hospital para curar sus dolencias.
Los referidos departamentos reciben su ventilación de las ventanas abiertas en las fachadas, y de otras que dan al grandioso patio que aparece al Este del edificio, patio en el que, como es sabido, existió un jardín botánico y que embellecido hoy con árboles y algunas flores, se utiliza para recreo de los enfermos.
Relación de los Individuos que hay empleados en el Hospital Militar de esta plaza con expresión de los que lo son por el Rey, y de cuenta del asentista.
Empleados por el Rey | ||||
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Dependientes y sirvientes por el Asiento | ||||
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Alicante 8 de Abril de 1775. |
Nº 358 Francisco Balmis, Plaza de la Fruta, cinco pies, tres pulgadas, y cuatro líneas expuso lo q(ue) resulta en su memorial en q(ue) contestaron los interesados: manifestó también, ser Practicante del Real Hospital, según titulo q(ue) exibio aprobado por el (ilustre) intendente.
EN EL COLEGIO DE MÉDICOS
Anteayer se celebró en el colegio Médico una reunión para honrar la memoria del ilustre alicantino Dr. Balmis que fue el primero que empleó en España la vacuna contra la viruela.
La velada fue brillante asistiendo a ella un gran número de médicos. Después de exponer la presidencia los motivos del acto que se celebraba y dar una buena noticia biográfica del doctor Balmis, hicieron uso de la palabra los señores García Torremocha, Mangada, Ayela Aznar y Oca, nombrándose una comisión para que estudie y proyecte la creación de un premio Balmis que se adjudicará en la forma que acuerde dicha comisión.
Los señores Albero y Sánchez Sanjulián organizadores del acto fueron felicitados.
ALICANTINO ILUSTRE
El Ayuntamiento de Alicante ha cumplido el ——- tomado por él, de honrar la memoria del alicantino ilustre D. Francisco Javier *Balmis que falleció en 12 de Febrero de 1919.
Se ha dicho con razón que los pueblos que honran a sus preclaros hijos, se honran así propio, y es cierto muy cierto.
Alicante, pues, ha cumplido como bueno y de ello nos felicitamos como alicantinos.
Una de las calles de Alicante lleva desde ayer el nombre del médico eminente Doctor (*)Balmis, así se ha conmemorado el primer centenario de la muerte del sabio publicista.
La ceremonia tuvo gran brillantez y estuvo concurridísima.
(*) Escriben Balmiz.
LABOR DEL AYUNTAMIENTO
Asunto puestos al despacho para la sesión ordinaria que se ha de celebrar durante la semana en curso.
Pliego de condiciones para la subasta del cobro del arbitrio sobre Puestos Públicos.
Informe de la comisión de Ornato en expediente instruido para la construcción de una estación de transformación eléctrica.
Moción de la Alcaldía sobre aclaración del acuerdo referente a rotular una calle de la ciudad con el nombre del Dr. Balmis.
ACCIÓN SANITARIA
Coincidiendo con el centenario de la muerte del doctor Balmis y Berenguer.
Ayer se ha cumplido cien años que murió en Madrid el eminente cirujano alicantino Don Francisco Javier de Balmis y Berenguer, un hombre ilustre de quién se ha dicho que es uno de esos hombres que deberían tener una estatua en cada plaza, y de los que no sabemos más que sus nombre y sus hechos porque no se pueden olvidar.
El municipio alicantino acordó dar el nombre del doctor Balmis a una calle de la capital, conmemorando la fecha del centenario de su muerte.
Acordó después aplazar esta ceremonia que se celebrará el próximo domingo 16 coincidiendo con la estancia en Alicante de cuatro médicos eminente: los señores Cortezo, Recasens, Juarros y Francos Rodríguez.
DON FRANCISCO JAVIER BALMIS MURIÓ EL 12 FEBRERO 1819
Acaba de cumplirse el centenario de la muerte del doctor Balmis. Nuestro Ayuntamiento, fiel a sus tradiciones de honrar la memoria de todo Ilustre alicantino, le dedicará mañana una de las calles de la población, y el mismo día, en el meeting sanitario que debe celebrarse en el Teatro Principal, habrá palabras de admiración y gratitud para aquel médico eminente. El doctor Balmis en la medicina, como Jorge Juan en las matemáticas, el abate Andrés en la literatura, y tantos otros hombre insignes nacidos en tierras de Levante, consagró, dentro y fuera de nuestra Patria, el triunfo de la mentalidad española.
Pero este título, con ser preclaro, no es el que cimienta más hondamente la gloria de nuestro comproviciano. Su mayor prestigio descansa en las meritísimas empresas que acometió y llevó a cabo, extendiendo la vacuna por los más remotos países, pedazos unos de nuestra patria e independientes otros de la bandera bicolor.
Y el altruismo de Balmis en tal concepto, no se detuvo ante la condición de extranjería, ni tampoco, y esto es aun mucho más grande, ante la circunstancia de que los beneficios fueran nuestros enemigos, y así se dio el caso verdaderamente sublime de que los indígenas de algunas islas de Filipinas en guerra entonces con España, rindiesen sus armas ante la generosidad de un enemigo que les llevaba la salud y la vida. Si el nombre de Marrón será imperecedero por sus descubrimientos científicos, más lo será por las victimas que ha librado del furor de las olas. Si Balmis, como sabio es digno de admiración general, como bienhechor de la humanidad, merece gratitud eterna.
EL DOCTOR BALMIS
Alicante a dedicado a la memoria de don Francisco Javier Balmis el testimonio de admiración que el insigne médico merecía, no sólo por su ciencia sino por el santo amor que tuvo a la patria española y por el gran cariño, el abnegado cariño que brindo siempre a sus conciudadanos.
Balmis, médico de cámara del Rey don Carlos IV, con grandes méritos profesionales conquistados en la Corte; traductor en 1803 del Tratado histórico y práctico de la vacuna escrito en francés por J. Moreau, ocupando una alta posición social, supo un día que el monarca deseaba llevar a lejano lugares donde aun ejercía imperio nuestra Nación, recursos que combatieran el duro azote de la viruela. Entonces el doctor acreditado, el que en Palacio y en las casa de los grandes hallabase en gran predicamento y nada necesitaba para su bienestar, ofreciéndose a llevar la vacuna a las regiones americanas y de Oceanía, puesto bajo el amparo y gobierno de nuestra bandera.
En 1803, el 30 de Noviembre, zarpó de la Coruña la corbeta María Pita bajo el mando del teniente de fragata don Pedro del Barco, llevando a bordo diez médicos escogidos a los cuales dirigía el ilustre doctor Balmis con el fin de propagar por el mundo la vacunación contra la viruela, descubrimiento entonces reciente del inmortal Jenner y que era combatido por recelos, ignorancias y preocupaciones nacidas y alentadas por la incultura.
A los médicos acompañaba en la expedición 25 niños con sus madres y nodrizas – según cuenta Godoy en sus memorias – con el fin de practicar las inoculaciones de brazo a brazo sin prejuicio de haber hecho preparaciones de linfa y de recoger pústulas desecadas para aprovechar ambas cosas en nuevas inoculaciones. En el interesante libre escrito por el médico militar doctor Castillo y Domper, acerca de la Real expedición filantrópica se niega que a los niños embarcados en la María Pita les acompañan sus madres y nodrizas que hubieran representado escurrir impedimento.
Lo cierto fue que Balmis autor del Reglamento y Derrota de la expedición se puso al frente de ella, llevando en su compañía, cirujanos expertos y elementos auxiliares de toda confianza y de la mayor competencia.
Después de partir de España tocó la misión cinética conducida por Balmis en Tenerife; desde cuyo punto de las Canarias fue a Puerto Rico. En mayo de 1804 llegó a la Habana y el 28 de junio estaba en Méjico donde visito diferentes ciudades. En todas parte Balmis, sin perder momento, con el concurso de autoridades y personajes unas veces, contra su hostilidad otras, propago la vacuna para contener los estragos de la viruela. Cayeron bendiciones sobre el médico alicantino, muchas ciudades le nombraron regidor honorario, alentado por su amor a la humanidad, siguió la tarea sin desvanecerse por las glorificaciones, ni deprimirse por las contrariedades.
En 1805 después de haber dividido la expedición para que una mitad siguiese por América, marchó con la otra mitad a Filipinas y por la remota región extendió la vacuna llevándola hasta China y siendo antes que Inglaterra, primero que nadie, quien a nombre de España puso cosuelos nacidos de la civilización en parajes devastados por la terrible enfermedad.
En 14 de Agosto de 1806, llegó Balmis a Lisboa y desde Portugal vino a España y Madrid donde obtuvo la entusiasta acogida que era de esperar dado el éxito feliz de su empresa. De ella trajo una rica colección de ejemplares de botánica recogida en los países recorridos, y una colección magnífica de dibujos, también de plantas exóticas y un diccionario chino-español.
Balmis, nacido en Alicante el 2 de diciembre de 1753 y muerto el 12 de febrero de 1819, es una verdadera gloria española. Reunió su persona el valor científico, el cariño a la Patria y el puro sentimiento altruista.
Le inspiró la fe en la inteligencia, el amor a la tierra donde vivía y el fervor que todos los hombre de buena voluntad deben sentir por sus semejantes. Fue tan progresiva que en las horas actuales, un siglo después de su muerte, harían falta sus esfuerzos, estamos tan lejos del apego a la vida, del culto a las practicas de la Higiene, que aun devasta lo más florido de nuestra juventud esa infección variolosa, estigma del cuerpo y del espíritu; del cuerpo por los que destruye materialmente; del espíritu por que solo le soportan los países incultos.
Así al llegar a Alicante, hombres consagrados a defender la Sanidad pública han querido asociarse al homenaje de la ciudad en memoria de Balmis, regocijándose de que un pueblo entero celebre fiestas en honor a quién fue famoso por combatir contra los enemigos de la salud.
El acto celebrado ayer, tiene una alta significación educativa porque nunca como en estos momentos es necesario, excitar a los españoles para que cuiden de la raza, para que contengan el desplome que en ella se advierte. Las estadísticas delatan un mal colectivo que es preciso corregir. He aquí porqué una vez más los alicantinos han tenido el buen acuerdo de realizar un acto en consonancia con elevadísimos y trascendentales intereses. El centenario de Balmis no solo representa recuerdos para un benemérito de España, sino excitación a todos, dirigida para que se preocupen de la vida física, sin la cual no pueden pasar de irregulares o decadentes las vidas de la idea y del sentimiento.
EN LA PLAZA DEL DOCTOR BALMIS
Abriendo marcha la Guardia Urbana y formando la Banda Municipal y todas las comisiones llegadas de los pueblos, más la casi totalidad de los médicos alicantinos, se ha dirigido el Ayuntamiento bajo mazas, por las calles de Altamira, Constitución, Calatrava, Isabel II y Cid, a la llamada < Plaza de Torrent> donde se ha colocado una artística lápida que da desde ayer al lugar, el nombre de Plaza del Doctor Balmis.
Debió la comitiva hacer su ruta por la calle del triunfo a la de San Fernando, siguiendo por Isabel II, Francos Rodríguez y Canalejas, pero se hizo desviar por evitar la molestia al Señor D. Antonio Bono que vive en la penúltima de los nombrados.
DESCUBRIENDO UNA LÁPIDA
Con asistencia de los señores Francos Rodríguez, Cortezo, Juarros, Manero (Evaristo), Gadea pró, Perez Martienz, Beltrán, Rojas, Clemente, Lafarga, Torrejon, Sellés, Guardiola Ortiz y toda la directiva del colegio de Médicos y del Ayuntamiento, presidido por el señor Tato y representado por los concejales señores Soler, Bas, Lopez González y el secretario señor Ferré, se ha celebrado la ceremonia; el señor Tato en nombre de la ciudad ha descubierto la lápida, pronunciando sentidas frases de elogio para el honrado y para su obra.
Después, nuestro diputado y maestro, el señor Francos Rodríguez, ha tenido bellos párrafos de enaltecimiento para la ciudad que así perpetúa el mérito de sus hijos, terminando con dos vivas a Alicante y a Balmis que fueron únicamente contestados.
EL MITIN SANITARIO
El próximo domingo de los corrientes, se celebrará en nuestro Teatro Provincial un mitin de propaganda sanitaria en el que disertaran los ilustres doctores Cortezo, Recasens, Francos Rodríguez, Juarros y otros notables profesores de Madrid y Alicante.
El mismo día a las once de la mañana se descubrirá la lápida que dará el nombre del doctor (*)Balmis a una calle de alicante, asistiendo ha esta ceremonia el Ayuntamiento en Corporación con las personalidades médicas que vendrán a tomar parte en el mitin.
El Alcalde de Alicante, en nombre de la ciudad, leerá unas cuartillas alusivas al acto, y el ex ministro Señor Francos Rodríguez pronunciará una alocución.
La Alcaldía con la representación oficial de la clase médica de esta ciudad, ha organizado un banquete en obsequio de tan ilustres huéspedes, cuyo acto tendrá lugar dicho domingo a la una en el casino, y al cual esperan han de adherirse todas las clases que se interesan por estas propagandas que tanto afectan a la vida nacional.
Las adhesiones para el banquete pueden solicitarse hasta el viernes en la Alcaldía, en el Colegio de Médicos y en el propio Casino, siendo el precio del cubierto de 15 pesetas.
(*) Escriben Bramis.
BANQUETE – MITIN SANITARIO
Las tarjetas para poder concurrir al banquete organizado en honor de los doctores Cortezo, Recasens, Francos Rodríguez y Juarros podrán recogerse hasta las once del domingo en el Casino.
EN HONOR DE BALMIS
Ayer mañana tuvo lugar la ceremonia de descubrir la lápida que ha de dar el nombre del ilustre alicantino Balmis a la plaza nueva abierta en la confluencias de las calles del Cid, Limones y Canalejas por la generosidad de Don José Torrent.